*Javier Milei* vive su semana más complicada en el Parlamento desde que asumió la presidencia. A la falta de mayorías propias se suman derrotas estratégicas, fracturas internas en su bloque, la presión creciente de la oposición y un deterioro claro en la capacidad de manejar los tiempos legislativos. El presidente quedó descolocado tras la fallida sesión del miércoles, cuando la oposición logró imponer una agenda paralela con proyectos sobre *universidades, el hospital Garrahan y el freno a los DNU, sin que *La Libertad Avanza* pudiera evitar el quórum. La escena fue coronada con gritos, escándalo y acusaciones cruzadas entre oficialistas y aliados que dejaron al descubierto la fragilidad de la tropa libertaria.   Las fisuras internas se hacen visibles El bloque oficialista, que ya había sufrido la salida de *Oscar Zago* semanas atrás, ahora enfrenta tensiones públicas entre sus propios diputados. La legisladora *Lilia Lemoine, por ejemplo, cruzó a *Marcela Pagano* por haber dado quórum: “¿Por qué no se arma un bloque con los K?”, ironizó. En paralelo, la diputada *Lourdes Arrieta* la acusó de amenazarla después de que se cayera la sesión. Todo esto ocurre mientras *Karina Milei* intenta contener el armado bonaerense, tras desplazar a *Santiago Caputo* del rol político. Léase:¨Karina Milei desplazó a Santiago Caputo del armado bonaerense¨ .  La interna libertaria, que hasta hace semanas se ocultaba bajo la verticalidad del Presidente, hoy es evidente y genera preocupación incluso entre sus aliados del PRO.   Un Congreso que marca la cancha El escenario parlamentario no solo exhibe la debilidad oficialista, sino también el avance de la oposición, que empieza a coordinarse. La sesión del miércoles fue una prueba de fuego: con el apoyo de diputados federales, peronistas y sectores de centroizquierda, se logró avanzar en comisiones con dictámenes incómodos para el Gobierno, como la restitución del FONID o el financiamiento universitario. A la fragilidad política se le suma un nuevo frente de tormenta en el *Senado, donde el oficialismo enfrenta un escenario adverso para sostener su agenda. Sin acuerdos sólidos con los bloques provinciales ni respaldo firme de sus ex aliados, el Gobierno llega a una semana clave con *proyectos sensibles en juego* y sin una estrategia clara para articular mayorías. La amenaza de que la oposición avance con iniciativas propias, como los fondos para universidades y hospitales, pone en jaque el poder de negociación de *La Libertad Avanza* y expone la debilidad de un oficialismo que *ya no controla el tablero legislativo*. Los gobernadores también están jugando su partido. Desde el Senado, una *mayoría opositora presentó proyectos para fondear a las provincias* y presiona por cambios en el reparto fiscal. La señal es clara: Milei ya no tiene margen para imponer decisiones sin negociar.   El riesgo de quedar aislado En este contexto, el Gobierno apuesta todo a la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal, pero los tiempos parlamentarios se le vuelven en contra. Julio ya arrancó con sesiones tensas, y la posibilidad de una nueva derrota legislativa pone al oficialismo en una encrucijada. Mientras *Milei* se muestra activo en redes sociales y lanza ataques contra el Congreso, la realidad parlamentaria lo obliga a un giro que, hasta ahora, no está dispuesto a dar: *negociar de verdad*.